viernes, 8 de marzo de 2013

ROMA.
Roma comenzó siendo un pequeño pueblo agricultor de la Península Itálica. De ese pueblo surgiría uno de los imperios más colosales de la historia de la humanidad.

De acuerdo con la leyenda, la ciudad de Roma fue fundada por dos hermanos gemelos descendientes de un príncipe Troyano llamado Eneas: Rómulo y Remo. Abandonados en su infancia, fueron rescatados y criados por una loba.
                                                      

La leyenda dice que Rómulo mató a Remo cuando éste último atravesó los muros de la ciudad, afirmando que un destino similar caería sobre cualquiera que intentara traspasar sus límites.

Hasta aquí hemos visto la leyenda, pero los historiadores cuentan otra historia. A finales del siglo VII a. de C., Roma fue conquistada por los etruscos, quienes pasaron a ser una elite aristocrática y monárquica, los Tarquinos.

Los etruscos gobernaron Roma por más de 100 años. Durante este período, aportaron muchos elementos de su cultura convirtiendo a la ciudad en una de las más ricas de la Península.

En el 534 a. de C. un nuevo rey, conocido como Tarquinio el orgulloso, llegó al trono. Este gobernante se destacó por su brutalidad, que produjo como reacción una rebelión de los ciudadanos de Roma en 509 a. de C. Tarquinio fue depuesto, y de esta forma llegó a su fin la monarquía de los etruscos: era el inicio de la etapa de República.




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